¿Has tocado un árbol de más de 450 millones de años? Pues yo sí. Y cualquiera lo puede hacer visitando el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. En un punto recóndito del majestuoso Valle del Guadarranque se localiza el bosque de La Lorera de la Trucha; el espacio con más ejemplares de Loros (Prunus Lusitanica) de Europa. Se trata de una planta leñosa que data del Terciario, justo después de la extinción de los dinosaurios. Esta circunstancia, junto al resto de flora y fauna, hacen de esta ruta de la Lorera de la Trucha una de las más completas del Geoparque extremeño.

Para hacer esta ruta, tuve la suerte de contar con la compañía de dos amigos de la infancia.
Abel Moyano y David Álvarez conocen muy bien todo el área del Geoparque que rodea a Alía. Ellos han recorrido cada rincón del Valle del Guadarranque desde niños. Además, Abel dirige un blog sobre el avistamiento de aves en esta zona que recomiendo visitar.
Lo mejor es ir acompañado por personas que conozcan el lugar porque este geositio no está indicado.
Decidimos salir relativamente temprano para fotografiar los paisajes del Geoparque al amanecer.
Tuvimos la suerte de que cuando coronamos la Sierra de la Palomera el sol aún no había rebasado las crestas de las montañas. Además el valle estaba totalmente cubierto por una ligera niebla; el momento ideal para hacer buenas fotografías o, al menos, intentarlo en mi caso.

La Lorera de la Trucha
Después de casi dos horas llegamos a nuestro destino. Lo que más me llamó la atención del lugar fue su oscuridad debido a la frondosidad de las copas de los árboles de loros. Realmente los loros son plantas muy altas, con un tronco robusto y hojas con un intenso color verde. Comparten bosque con fresnos, alisos, mostajos y también con el placentero sonido de las aguas cristalinas corriendo río abajo.
Sin duda, un lugar mágico que no me cansaría de visitar nunca.

El Charco de la Trucha
Tras recrearnos con los loros y la paz de la Lorera, desandamos el camino para seguir río abajo hasta el salto del Charco de la Trucha. Entre un lugar y otro puede haber unos 300 metros. El Charco de la Trucha es un encajonamiento del río donde hay varias «pozas» a varios niveles; realmente es un sitio espectacular.
En este geositio hay que tener mucho cuidado porque podemos resbalarnos y caer al agua. No recomiendo la visita con niños pequeños. La zona de la Lorera, sin embargo, sí es totalmente segura.

Ya el viaje de vuelta a casa lo hice con sensaciones encontradas.
Por un lado, de felicidad por haber estado en un lugar único rodeado de un ambiente casi puro; pero por el otro, con la preocupación de que el incremento de visitantes en este geositio pueda alterar su belleza y su valor medioambiental. Si van, por favor,¡cuídenlo!