Volvemos a las rutas senderistas. En esta ocasión he elegido una muy especial para mí, la que enlaza Alía, mi pueblo, con Guadalupe. Es la última etapa del Camino a Guadalupe de Los Montes de Toledo; histórica ruta que enlazaba Toledo con Guadalupe. Y es que la localidad cacereña fue en tiempos el principal destino de peregrinación de la Península Ibérica.
El sendero es el GR 212. Se trata de 12 kilómetros con una dificultad baja.
Hice la ruta a finales de noviembre, acompañado de mi padre. Fue muy especial por la compañía y porque hacía unos 25 años que no caminaba a Guadalupe desde mi pueblo. Lo solía hacer cada 8 de septiembre, día de Extremadura.
Año jubilar Guadalupense
Además, este año estaba más que justificado hacer esta ruta porque es año jubilar. El año santo se celebra cada vez que el 6 de septiembre, día de la Virgen morenita, cae en domingo. Algo que ocurre 14 veces cada siglo.

Comenzamos el camino a las 7 de la mañana. Nos acompañó una luna casi llena. No era del todo brillante para iluminarnos el camino, por lo que necesitamos linternas durante la primera hora de la ruta.

Esa primera hora la hicimos rodeados de olivos. Llegamos hasta la zona llamada de La Posa, donde peregrinamos unos kilómetros por carretera. Luego ya, durante el último tramo de unos 4 kilómetros, seguimos por otro camino que nos llevó a nuestro destino.
Esta ruta se puede hacer íntegra por senderos. El nivel sube y también el tiempo que se tarda en hacer el camino. Nosotros lo hicimos en 2 horas y 45 minutos.
Arroyo del Guadalupejo, muy cerca de Guadalupe Peregrinando por el camino a Guadalupe de los Montes de Toledo Clip del video de la ruta que hicimos durante la peregrinación a Guadalupe Llegada a Guadalupe en peregrinación desde Alía
Una vez en Guadalupe, visita obligada al Monasterio. Luego, un buen café con churros con los que recobramos fuerzas.
12 caminos a Guadalupe
El camino de los Montes de Toledo es uno de los 12 senderos del proyecto Caminos a Guadalupe. En él se recuperan las rutas históricas que se establecieron como consecuencia del levantamiento del santuario de la Virgen de Guadalupe a partir del siglo XIV.
