Marmitas de Gigante es uno de esos lugares que el turista no tiene en cuenta en su visita al Geoparque y que merece una visita. Es un geositio que los visitantes que acceden por la parte norte (desde Navalmoral de la Mata camino de Castañar de Ibor o Guadalupe) deberían apuntar en su itinerario. Es un sitio interesante no solo por su belleza natural, sino también para ver los efectos de la erosión fluvial en las rocas del Geoparque; y concretamente, en aquellas bañadas por el río Ibor.
El acceso es muy fácil en coche. Está en la carretera CC-19, a medio camino entre Bohonal de Ibor y Mesas de Ibor, justo debajo del puente que nos encontramos a unos tres kilómetros de Bohonal.
Geositio «Marmitas de Gigante» en el Geoparque de Extremadura
Es una zona bastante bonita que se puede recorrer rápidamente. Además este geositio es bastante seguro si se va con niños; aunque siempre hay que tenerlos vigilados.
Lo atractivo de la visita, sus tres puentes, un antiguo molino que aún se mantiene en perfecto estado y, por supuesto, el evidente efecto de la erosión fluvial. Dicho efecto se manifiesta en las numerosas cavidades esféricas en las rocas formadas por la fuerza del agua al arrastrar, mayoritariamente en forma de remolino, cantos que han colisionado insistentemente con ellas.
Cavidades formadas por la erosión fluvial
Además, Marmitas de Gigante es un buen sitio para observar buenos ejemplares de alisos, chopos y sauces, que en verano dan una buena sombra a todos los vecinos de los pueblos cercanos que acuden a bañarse a esta parte del Ibor, justo a las puertas de su desembocadura en el río Tajo.
El Pico de La Villuerca es el punto más elevado del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Desde su cima, a 1.600 metros de altitud, no sólo se pueden observar todos los valles y montañas que forman el Geoparque, sino también gran parte del territorio de la provincia de Cáceres y de la de Badajoz. La subida al pico de La Villuerca, el mejor mirador del Geoparque, es una tarea obligada para cualquier visitante.
La Villuerca, el mejor mirador del Geoparque.
Si no hay nubes, el visitante podrá localizar sin problemas muchos de los pueblos dentro de la zona de influencia del Geoparque, sus imponentes y formaciones rocosas. Si desafortunadamente hay nubes, las fotografías que se toman de ellas desde allí pueden ser espectaculares.
El día estaba casi completamente despejado la última vez que subí a la Villuerca.
Antenas situadas en la cima del pico de La Villuerca
La subida a La Villuerca puede hacerse por una pista asfaltada, muy inclinada, que sale desde la carretera que une las localidades de Cañamero y Navezuelas, muy cerca de ésta última localidad.
Aunque por fin, la mejor opción, desde la primavera de 2020, es acceder en coche por la carretera que sube desde Guadalupe, concretamente desde el cruce llamado «del Humilladero». El camino estaba impracticable, casi ni para un todoterreno. El 3 de julio de 2020 quedó inaugurada la mejora de la carretera.
Un poco de historia.
Nada más llegar a la cima, lo que primero se pregunta el turista es ¿qué hacen allí tantas antenas y un edificio medio en ruinas?.
Antigua base militar situada en el pico de La Villuerca. Sirvió como centro de transmisiones entre los ejércitos españoles
Pues allí se mantiene en pie la antigua base militar que se construyó fruto de los acuerdos entre la España de Franco y los Estados Unidos de Eisenhower.
Comenzó sus operaciones en los 80 como centro de transmisiones de las Fuerzas Armadas españolas. Allí, cientos de personas hicieron la antigua «mili», el servicio militar obligatorio.
Algunos amigos que lo hicieron allí permanecían 15 días seguidos en el aquel cuartel y otros 15 días en casa.
Valla que prohíbe el paso a la zona militar.
Este antiguo acuartelamiento, llamado «Centro táctico CT2», se mantuvo abierto hasta finales de los 90. Actualmente continúa operativo sin personal físicamente allí y con videovigilancia. Aunque está vallado, se puede acceder sin problemas al helipuerto y a las garitas de piedra que rodean el recinto.
Otros atractivos de la visita
Al margen de las vistas desde la cima, este geositio es interesante por la cantidad de fósiles depositados en las laderas; por el precioso bosque mediterráneo que va cambiando conforme vamos subiendo; y también por ser un lugar idel para el birding u observación de aves.
Casi durante todo el año se pueden observar las águilas reales, perdiceras y el halcón peregrino.
¿Has tocado un árbol de más de 450 millones de años? Pues yo sí. Y cualquiera lo puede hacer visitando el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. En un punto recóndito del majestuoso Valle del Guadarranque se localiza el bosque de La Lorera de la Trucha; el espacio con más ejemplares de Loros (Prunus Lusitanica) de Europa. Se trata de una planta leñosa que data del Terciario, justo después de la extinción de los dinosaurios. Esta circunstancia, junto al resto de flora y fauna, hacen de esta ruta de la Lorera de la Trucha una de las más completas del Geoparque extremeño.
Lorera de la Trucha, el bosque más rico de Loros de toda Europa. Foto Carlos de Rodrigo
Para hacer esta ruta, tuve la suerte de contar con la compañía de dos amigos de la infancia.
Abel Moyano y David Álvarez conocen muy bien todo el área del Geoparque que rodea a Alía. Ellos han recorrido cada rincón del Valle del Guadarranque desde niños. Además, Abel dirige un blog sobre el avistamiento de aves en esta zona que recomiendo visitar.
Lo mejor es ir acompañado por personas que conozcan el lugar porque este geositio no está indicado.
Decidimos salir relativamente temprano para fotografiar los paisajes del Geoparque al amanecer.
Tuvimos la suerte de que cuando coronamos la Sierra de la Palomera el sol aún no había rebasado las crestas de las montañas. Además el valle estaba totalmente cubierto por una ligera niebla; el momento ideal para hacer buenas fotografías o, al menos, intentarlo en mi caso.
Amanecer en el Valle del Guadarranque. Foto: Abel Moyano
Amanecer en el Geoparque Villuercas. Foto Carlos de Rodrigo
Nubes sobre el Geoparque Villuercas. Foto Carlos de Rodrigo
Amanece en el Geoparque extremeño
La ruta la hicimos en el 4×4 de Abel. Es recomendable hacer el viaje en todo terreno sobre todo si ha llovido previamente. Así pudimos cruzar todo el valle de un lado al otro encontrando a nuestro paso ciervos, venados, buitres…
La Lorera de la Trucha
Después de casi dos horas llegamos a nuestro destino. Lo que más me llamó la atención del lugar fue su oscuridad debido a la frondosidad de las copas de los árboles de loros. Realmente los loros son plantas muy altas, con un tronco robusto y hojas con un intenso color verde. Comparten bosque con fresnos, alisos, mostajos y también con el placentero sonido de las aguas cristalinas corriendo río abajo.
Sin duda, un lugar mágico que no me cansaría de visitar nunca.
Ejemplares de Loros en La Lorera de la Trucha. Foto: Abel Moyano
El Charco de la Trucha
Tras recrearnos con los loros y la paz de la Lorera, desandamos el camino para seguir río abajo hasta el salto del Charco de la Trucha. Entre un lugar y otro puede haber unos 300 metros. El Charco de la Trucha es un encajonamiento del río donde hay varias «pozas» a varios niveles; realmente es un sitio espectacular.
En este geositio hay que tener mucho cuidado porque podemos resbalarnos y caer al agua. No recomiendo la visita con niños pequeños. La zona de la Lorera, sin embargo, sí es totalmente segura.
Salto del Charco de La Trucha. Foto Carlos de Rodrigo
Ya el viaje de vuelta a casa lo hice con sensaciones encontradas.
Por un lado, de felicidad por haber estado en un lugar único rodeado de un ambiente casi puro; pero por el otro, con la preocupación de que el incremento de visitantes en este geositio pueda alterar su belleza y su valor medioambiental. Si van, por favor,¡cuídenlo!
Amanece en el Geoparque extremeño
Ciervos en la reserva de Caza de Matallana, en Alía. Foto Carlos de Rodrigo
Ciervos en la reserva de Caza de Matallana en Alía. Foto Carlos de Rodrigo
Se dice que todos los caminos llegan a Roma. Pues también a Guadalupe (Cáceres) al ser el segundo destino de peregrinación de España después de Santiago de Compostela. En este post recorremos dos de esas rutas que llegan a Guadalupe, la Vía Verde del Guadiana y el Camino Natural de Las Villuercas, que están conectadas entre sí por un hecho histórico, un tren que nunca llegó.
Vieja estación de tren de Logrosán
La Vía Verde del Guadiana.
La Vía Verde del Guadiana recorre el antiguo trazado de la vía ferroviaria entre Villanueva de La Serena, en la provincia de Badajoz, y Logrosán, ya en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Son 56 kilómetros bien acondicionados y señalizados para el senderismo y las rutas en bicicleta y a caballo.
Caminos a Guadalupe
A partir de Logrosán continúa la ruta por el llamado Camino Mozárabe, que enlaza con el Camino Natural de Las Villuercas pasando Puerto Llano. Desde allí se llega a Guadalupe. Precisamente Puerto Llano es el punto elegido por numerosos grupos de senderistas para iniciar la ruta. Desde allí hasta Guadalupe hay 15 kilómetros.
Otra opción es comenzar la ruta desde Alía. También desde allí se hacen unos 15 kilómetros.
Aunque si se es valiente, se puede iniciar el camino mucho antes de Alía, desde el río Guadarranque pasando por el Estrecho de la Peña Amarilla, completando así un recorrido de 30 kilómetros.
Mapa de varios de los senderos a Guadalupe: la Vía Verde, el Camino Natural de Las Villuercas y el Camino Mozárabe
Nuevo puente construido sobre el río Guadarranque en Alía
Geositio de La Peña Amarilla en Alía
Historia del tren
Tanto la Vía Verde como el Camino Natural de las Villuercas son historia viva de un sueño que nunca se hizo realidad: la línea férrea que hubiera conectado esta zona con Madrid.
Su construcción se autorizó en 1926 y las obras se abandonaron en 1941 tras la situación de pobreza que dejó la Guerra Civil y la imposibilidad de terminar la obra por la dureza de las rocas entre Puerto Llano y Puerto de San Vicente (Toledo).
Hoy quedan casi intactas casi todas las estaciones, túneles y el gran viaducto de Guadalupe. Todo esto hace más atractiva la ruta.
Estación de Berzocana. Nunca se inauguró.
Puente de acceso a la vieja estación de tren de Guadalupe
El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara no se compone sólo de sus geositios. La gastronomía es otra de las grandes excusas para visitar la zona. En muchos de sus bares, restaurantes y hoteles, la cocina tradicional empieza a convivir con los más innovadores platos y tapas; con el añadido de utilizar los mejores productos que se generan en este área de la provincia de Cáceres como el aceite, la miel, el queso…
La ruta que propongo en este post la he denominado «gastronomía virgen extra del Geoparque» pues combina el conocimiento del excelente aceite que se produce aquí y su utilización en la cocina.
Cata de aceite de oliva Villalia en la Cooperativa de Alía
Es una industria local con 50 años de antigüedad que produce exclusivamente el aceite de oliva «Virgen Extra» de la aceituna manzanilla, variedad autóctona de la provincia de Cáceres.
Gracias al empuje que está teniendo la marca geoparque en la comarca, sus socios han decidido dar un giro a su modelo de negocio. Seleccionan sólo la mejor aceituna y la de mejor calidad para ser envasada, se ha creado la marca «Villalia» y se exporta al exterior. Entre los destinos, China. Además se ha convertido en miembro del proyecto internacional Geofood que lidera el geoparque noruego Magma.
También se ha subido al carro del oleoturismo, organizando catas de su aceite para el gran público. Recomiendo concertar una visita (+34 927366068 o coopsantacatalina@gmail.com)
Cocina de altura en lugares únicos.
Y una vez que hemos conocido los secretos del aceite de oliva, es hora de poner en práctica dichos conocimientos en la mesa. Por eso, uno de los mejores lugares para hacerlo es el Parador de Guadalupe. Villalia se puede encontrar entre los aceites del Geoparque que utiliza su chef Francisco Moreno.
Entrante que disfrutamos en el Parador de Guadalupe
El menú que nos sirven fue un entrante que consistió en una tabla con una pequeña botella de gazpacho, tosta de salmón ahumado con frutos del bosque, albóndigas de morcilla, vasito de paté con fresas y una ensaladilla rusa con moras. Después nos dieron a probar su exclusivo guisote de verdurillas escogidas de los huertos de los vecinos de Guadalupe.
El plato principal, uno de mis preferidos, carpaccio de ibérico. Desde mi punto de visita es una de las mejores opciones para saborear el verdadero potencial de cualquier aceite de oliva. ¡Todo delicioso!
Y por cierto, la experiencia gastronómica fue mucho más intensa debido a que elegimos una mesa en su patio de naranjos.
Este post lo modifico temporalmente durante la situación de alarma por el problema del coronavirus. Espero que sirva a muchos de usteded que están en casa a seguir estando en forma. Noelia y Tirso nos enseñaron una tabla de tábata en lo alto del pico Villuercas que se puede hacer perfectamente en casa. En su web podrás encontrar muchos más entrenamientos para hacer en el salón de casa.
El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara es un lugar ideal para los amantes de deportes como el ciclismo, el running y el senderismo. Pero sus geositios también pueden hacer las delicias de los enamorados del fitness. Dos de esos entusiastas son Noelia Pérez y Tirso Rodríguez, de www.fitmenteycuerpo.com, el blog revelación del año en Extremadura. Sus videos en su canal de Youtube y sus posts están recibiendo cientos de visitas. En uno de sus últimos trabajos nos mosatraron cómo mantenerse en forma en el Geoparque y convertirlo en un gran gimnasio.
Noelia y Tirso son periodistas y cuentan con la titulación oficial de monitores de musculación y fitness.
El equipo de Fitmenteycuerpo en las villuercas
Además de recomendaciones sobre cómo entrenar en el gimnasio, en http://www.fitmenteycuerpo.com encontramos una modalidad que está haciendo furor: el entrenamiento callejero o «street workout»; por eso les recomendé grabar un entrenamiento en La Villuerca, el «techo» del Geoparque.
Deporte a 1.600 metros de altitud.
A 1.600 metros de altitud, hicieron una sesión de «tábata» y aprovecharon para explicar cómo afecta al deportista hacer ejercicio en altura. Entre los beneficios está la mayor producción de glóbulos rojos, que son los encargados de llevar el oxígeno a todo el organismo.
Así se mejora la resistencia, la explosividad y la fuerza.
Noelia y Tirso quedaron fascinados por poder entrenar en lo alto de una montaña, a tanta altura, y hacerlo en una zona tan amplia y asfaltada como el antiguo helipuerto de la base militar ahora desmantelada.
Vista desde La Villuerca
El geositio de La Villuerca
La Villuerca es una de las joyas de la corona del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Es el mirador ideal para observar el relieve apalachense que caracteriza al geoparque extremeño. La cima es también destino de los enamorados del birding. Y como curiosidad, también se puede ver el antiguo cuartel de telecomunicaciones del ejército español, ahora desmantelado.
Actualmente, para llegar allí en coche, es recomendable hacerlo por el camino que sube desde Navezuelas. El que sale desde la ermita del Humilladero en Guadalupe no lo recomiendo porque está impracticable para turismos.
La Villuerca es una subida exigente para el ciclista de montaña.
Foto que nos hizo una familia que visitaba también La Villuerca
El birding, birdwatching o avistamiento de aves, se ha posicionado como una de las principales actividades turísticas del Geoparque extremeño de Villuercas-Ibores-Jara. El turismo ornitológico atrae a numerosos visitantes, especialmente de países del centro de Europa. Quería iniciarme en el birding en el Geoparque y conocer por qué él auge de sta actividad. Por eso, para conocerla de cerca me pasé por la finca de Henk y Liesbeth, unos grandes especialistas en birding. Son una pareja holandesa que reside desde hace años en Berzocana, en el corazón del Geoparque. Son guías expertos en aves que ofrecen sus servicios a través de la web www.discover-extremadura.com
Henk mostrándonos el hide que tiene en su finca
Cristales-espejo del hide para que las aves no se percaten de que son observadas
Los hide son casetas construidas exclusivamente para poder observar y fotografiar aves delante de nuestras narices. Lisbeth y Henk tienen uno en su finca y otros repartidos por varios lugares del Geoparque. Desde ellos han podido capturar imágenes como éstas:
Carraca
Oropendola
Buitre negro
El Geoparque es un lugar ideal para el birding durante todo el año; aunque durante el otoño y la primavera es la mejor época. Debido a su gran extensión, cuenta con humedales, donde poder observar grullas; estepas y dehesas para avistar abejarucos, cernícalos, oropéndolas y cigüeñas; y por supuesto zonas rocosas donde anidan Buitres leonados, buitres negros y águilas reales y perdiceras entre otras especies. En Extremadura hay unas 350 especies de aves diferentes.
Las herramientas que se necesitan para hacer birding son: una buena guía de aves para poder identificarlas, una aplicación en el móvil con el canto de cada una, un telescopio o prismáticos y la cámara de fotos si eres aficionado a la fotografía.
Lisbeth dirigiendo su cámara hacia la sierra en Berzocana
Henk mostrándonos material fotográfico
Vehículo de la empresa Discover Extremadura
Así que ya no hay excusa para no salir al campo a inmortalizar aves con mi cámara y disfrutar a la vez de la naturaleza. En próximos post, veremos el resultado. De momento, éste es el resultado del trabajo de mis compañeros y el mío cuando fuimos a grabar el tema del birding por el Geoparque para Canal Extremadura TV:
Visitar el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara y no pasar por Guadalupe debería ser considerado un gran pecado para los creyentes y un borrón en el inmaculado historial de viajes de cualquier turista. Hasta la puebla se puede llegar en coche, pero yo recomiendo hacerlo como uno de los miles de peregrinos que acuden cada año. Y cuando hablo de que es un pecado no peregrinar a Guadalupe, lo digo no sólo por la majestuosidad de su monasterio, sino porque es el centro de peregrinaje más importante de la Península junto con Santiago de Compostela.
Virgen de Guadalupe
Si se es creyente, el motivo para peregrinar a Guadalupe puede ser el cumplimiento de alguna promesa hecha a la Virgen de Guadalupe, cuya máxima manifestación se puede ver cada 8 de Septiembre, día de Extremadura, durante la gran procesión de la Virgen por la basílica y el claustro del monasterio; uno de los pocos momentos en los que la imagen de Santa María de Guadalupe sale de su camarín.
Peregrinos en el claustro del Monasterio de Guadalupe
Imagen del claustro del monasterio
Y aparte del imponente monasterio, la visita a Guadalupe no puede pasar por alto la gastronomía que se puede disfrutar en cualquier bar y restaurante de su plaza y el paseo por sus vistosas y coloridas callejuelas. Si se tiene tiempo, también es recomendable subir al pico La Villuerca, el lugar más alto del Geoparque con 1.600 metros de altitud, y hacer senderismo por los alrededores para visitar, por ejemplo, el Arca del Agua, lugar del que ya escribí en este blog.
El Arca del Agua es una construcción hidráulica que data del siglo XIV. Esta instalación fue construida para abastecer de agua al Monasterio de Guadalupe y hoy en día está prácticamente intacta, por lo que casi todos sus materiales son los originales.
Mi compañero cámara grabando uno de los manantiales de la mina.
Interior del Arca del Agua
Una de las inscripciones que hay dentro de la mina del agua
Tubo cerámico original del Siglo XIV
Accesos a la mina, donde se capta el agua (al fondo), y entrada al arca, donde se almacena y se decanta el agua.
Falda del pico de La Villuerca donde se esconde El Arca del Agua
LOCALIZACIÓN:
Tomar la carretera EX-118 hasta el cruce de la Ermita del Humilladero. Hay que coger un camino de tierra justo antes de entrar en la carretera que sube al pico de La Villuerca. El camino está a la izquierda. Se puede circular con un turismo, con cuidado, hasta un cruce donde hay una casa de campo y un establo. Luego hay que seguir a pié durante varios minutos. El lugar no está señalizado.
Hacemos una de las rutas del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara ideal para familias. El equipo de exploradores: cuatro niños y niñas de 3 a 7 años y cinco adultos. Destino: el río Guadalupejo, muy cerca de Alía. Tuvimos que montarnos en dos 4×4 porque el camino no era adecuado para mi berlina. Sin embargo, sí que es perfecto para una buena caminata o para la bici. Tras 10 minutos de ruta, llegamos a un área de descanso llamado «Molino del Guadalupejo».
Área de descanso en el Río Guadalupejo
Este área de descanso pertenece al llamado Camino Natural de las Villuercas, de 60 kilómetros desde Logrosán hasta la provincia de Toledo. Una ruta que es la reminiscencia del antiguo y abandonado trazado del ferrocarril entre Villanueva de la Serena (Badajoz) y Talavera de la Reina (Toledo).
Después de estar un rato jugando con los niños en este área de descanso, tomamos un camino, casi comido por la vegetación, río abajo que nos llevó hasta el puente romano de Alía; una construcción que está muy deteriorada pero aún en pié. Hay que cruzarlo con cuidado, sobre todo si se va con menores. Sin duda este lugar podría catalogarlo como uno de los 10 mejores que he visitado hasta el momento del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.
Puente medieval sobre el río Guadalupejo
Este lugar no es sólo interesante por el puente, sino también por los viejos molinos en ruinas que te encuentras durante la ruta. Todos estos elementos, sin duda, cuentan parte de la antiquísima historia de Alía.